Novelización de escena: "The Notebook" (Diario de una Pasión)















Este trabajo es un poco más trascendental que una simple redacción para "Cine y guión adaptado". Este trabajo tiene algo muy especial: cada palabra la escribí pensando en esa mujer que me enseña cada dia a amar, a sentir y olvidar lo malo; no por nada use en el texto una frase que me dijiste un día despues de aquella tarde donde nos besamos intensamente, donde nos amamos.

Te amo, Andrea... Recuérdalo.


Alumno: Alexis Bahamondes Mora
Carrera: Periodismo
Fecha: Miércoles 19 de agosto de 2009

“Cine y guión adaptado “
Profesor: Carlos Rodríguez



Era tarde. A lo lejos se escuchaban truenos y corrían vientos de lluvia sobre la inmensidad de aquel lago, los cuales parecían perderse en los enormes riscos que rodeaban el lugar, no era una buena señal. Allie, una joven pelirroja, delgada, con su piel blanca, casi transparente y sus facciones finas y distinguidas, miraba a su alrededor con quietud. Parecía disfrutar cada segundo de la travesía, tratando de no sacar a la luz el nerviosismo que estaba sintiendo en ese preciso instante.


Ella miro a Noah casi exigiendo una explicación. Él era un joven alto y delgado, quizá un par de años mayor que ella. En su rostro tenía una frondosa barba que era testimonio fiel de los años que habían pasado desde su último encuentro en aquel lugar. Respondió con un pequeño dejo de ternura en su cara, casi advirtiendo a Allie de lo que vendría. Mientras remaba miró el cielo, y casi por arte de magia comenzó a llover.

Allie desesperó y con rapidez tomó un pañuelo tratando de cubrirse de la persistente lluvia que caía sin tener mayor resultado. Noah rió fuertemente…

- ¡Noah! – Dijo ella resignándose a la idea de empaparse con aquel aguacero.

El continuó riéndose y ella se sumó de buena gana. Mientras sus cuerpos seguían impregnándose se aquella torrencial lluvia, Allie se inclinó entregándose por completo a aquel mágico momento, el cual sin duda evocaba a su juventud, cuando ambos eran cómplices, compañeros… amantes. Lo miró fijamente, como tratando de encontrar respuestas a aquellas interrogantes que tenía hace tantos años, queriendo descifrar aquel misterio que escondían sus ojos.

El mantuvo el silencio, la miró tan fijamente que podían sentir que estaban hablando sin decir una palabra, que se estaban besando sin tocarse.

La tormenta empeoró. Se podía ver como caían imponentes rayos y la lluvia no cesaba. Al llegar al muelle, Allie salió del pequeño bote rápidamente a buscar refugio, pero antes de llegar a tierra firme volvió al lugar donde Noah aun aseguraba la minúscula embarcación.

- ¡¿Por qué no me escribiste?! – Dijo ella con actitud desafiante - ¡Para mi no había acabado!, ¡te espere por siete años y ahora es demasiado tarde!

El rostro de Noah delataba un total desconcierto, como si no entendiera de qué estaban hablando. Él se acercó disimuladamente y le dijo:

- Te escribí 365 cartas. Te escribí cada día por un año.

- ¿Me escribiste? – Preguntó ella con cierto tono de tristeza.

- ¡Sí! – Dijo Noah… Para mi no había terminado. ¡No ha terminado aún!

Sin siquiera dar espacio para que Allie respondiera a aquella confesión, se acerco fugazmente y la besó. Él tomó su cabeza evitando separarse de aquellos labios te tantos años había extrañado.


Luego la llevó a casa, casi sin darse cuenta de cuánto había demorado en hacerlo; Seguía besándola intensamente. En su afán de impregnarse de ella, de su olor y de su aliento, la llevaba por los pasillos de tumbo en tumbo, convirtiendo cada pared y cada rincón en un lugar perfecto para amar.

Junto a la puerta que daba de entrada a la cocina hicieron una pequeña parada. El la aprisionó contra la pared, ella no opuso resistencia: se entregó a aquel juego, que sin duda, era un fuego más que peligroso, pero en el cual ella quería desfallecer.

Comenzaron a desvestirse como si quedaran sólo algunos minutos de respiración. Él la tomó entre sus brazos y continuó aquel intenso viaje hasta su cuarto, y al mismo tiempo ella seguía desvistiéndose mientras se perdía en el cuello de Noah.

Al llegar, él se posó sobre su cuerpo mientras seguía besándola intensamente. Pero sin mayor advertencia se levantó, la miró sin decir palabra y siguió la interminable tarea de desnudarla por completo. Al terminar, volvió a alojarse en el pecho de su compañera y comenzó a hacerle el amor.

Sus cuerpos se fusionaron, empezaron una danza que ellos mismo habían inventado… comenzaron a bailar intensamente, deshaciéndose de aquel gran deseo que tenían ambos de sentirse amados, de sentirse juntos.

Luego de haber concluido aquella hermosa y afanada conjunción, ella quedo mecida al filo del lecho, con su cuello colgando. Mantuvo el silencio por algunos segundos y comenzó a reír…

- Debes estar bromeando – dijo con una pequeña cuota de sarcasmo.

- ¿De esto me perdí todo este tiempo? Continuó diciendo, mientras se incorporaba y apoyaba su brazo con el fin sostener la cabeza con una de sus manos.

Él volteo a mirarla, mientras su cara acusaba cansancio. Ella lo miró fijamente, y junto con una pequeña y sugerente sonrisa se abalanzó sobre el pecho de Noah…

- Hagámoslo otra vez…

Él se dejó llevar.

Rutina...


Cada momento es especial, cada mirada es diferente. Cada encuentro entre tu y yo siempre tiene algo nuevo... algo que me hace estar más pegadito a ti.
De seguro, la posibilidad de vernos mucho tiempo a la semana agobiaría a cualquier pareja normal, pero a mi me pasa algo raro: cada vez que te siento lejos, te extraño como si no te hubiera visto hace días... y aunque estés a metros de mi, parece que fueran kilómetros lejos de tu piel... de tu calor.
Es por eso que cada vez que te beso, trato de que sintamos la misma emoción de nuestro primer beso que de seguro, recuerdas con mucho amor al igual que yo. Cada vez que te abrazo quiero impregnarme de ti, de tu olor, de tu cuerpo... para así no sentirte tan lejos cuando tengas que marcharte. Cada vez que te miro, me gusta ver mi reflejo en tus ojos, por que así me veo tal cual soy, sin miedo ni pudor...
Es por eso que no puedo sentirte lejos...
Es por eso que cada vez te amo más...
Amor, quieres ver tus ojos en los mios?

Distancias


















Un viaje... una oportunidad...
quizás las cosas se dan en el momento indicado, o solo cuando el destino dicta su implacable sentencia. aun así, uno siente que cuando se abre una puerta... una senda, debe recorrerla hasta lo mas recóndito, para así obtener nuevas vivencias... mas experiencia.

¿será tan cierta mi teoría?
Yo, que hoy miro la historia de este lado de la vereda, soy el menos indicado para cortarle las alas a alguien que recién comienza a volar; me gustaría atarte a mi, que ni siquiera tengamos que pensar en la distancia, en un adiós...
me angustia la posibilidad de sentirte tan lejos de mi, pero si es tu decisión... la respeto, si esa es la puerta que hoy quieres abrir... hazlo, no te lo impediré.
pero...
estas dispuesta a dejar aquí a este ser que te ama con todas sus fuerzas?
estas dispuesta a volar dejándome aquí en la tierra... clamando por tu calor?

si tu respuesta es si...
... esta bien.

aunque mi alma diga lo contrario...

Sueños...




















Me encanta mirarte mientras duermes.
no se...
te ves tan simple, tan sencilla
tan dulce... tan indefensa...
tus ojos, cerrados
tu boca a medio abrir, igual que cuando estas a punto de decir te amo...
tu piel, tu pelo...

ademas que, cuando te beso dormida...
tus labios son tan suaves...
que es casi tangible esa mezcla de niña y mujer que tanto me fascina de ti...

Cada vez que pienso en ti, las palabras salen de mi mente con una fluidez inexplicable...
al igual que el viento, cuando roza los campos raudo y sutil...
eres mi luz y mi oscuridad...
eres mi voz, mi respiración...